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Paraguay pierde US$ 2.000 millones por caída del precio de la soja

Hector Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), estima una pérdida de US$ 2.000 millones en ingresos de divisas durante este y el próximo año, en relación al 2023

El sector agrícola enfrenta un escenario de crecientes desafíos. Este mes de septiembre inicia la nueva campaña sojera 2024/2025, y aunque el arranque está marcado por muchas expectativas, la preocupación por la escalada del dólar y la caída de los precios de los commodities a nivel internacional es latente. Estos factores amenazan con generar una presión adicional sobre el tipo de cambio y, por ende, sobre la economía paraguaya en general.

Según Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), si bien la nueva campaña sojera se espera con optimismo, la mayor amenaza para los productores sigue siendo la fuerte caída de los precios de la soja y otros commodities. Cristaldo anticipa que si los precios actuales se mantienen, para el 2025 Paraguay podría estar US$ 180 a US$ 200 por debajo de los registros del año anterior. «Con una producción estimada de 10 millones de toneladas de soja, esto se traduciría en una pérdida de entre US$ 1.800 a US$ 2.000 millones, lo cual tendrá un fuerte impacto en la economía. El dólar está subiendo, y con menos ingresos de divisas, este fenómeno puede acentuarse», alertó el dirigente gremial.

Hector Cristaldo
Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP)

La delgada línea entre los costos y los rendimientos

Para el presidente, uno de los principales problemas que enfrentan los productores en este contexto es el estrecho margen entre los costos de producción y los bajos precios de venta de sus productos. Cristaldo explicó que para la próxima cosecha será necesario obtener un rendimiento de al menos 2.500 kilos de soja por hectárea para cubrir los costos. ‘‘Este es un objetivo difícil de alcanzar, considerando que el promedio histórico ronda entre 2.900 y 3.000 kilos por hectárea. La situación se agrava aún más si se consideran los desafíos climáticos, como la sequía, que ya ha afectado a varias regiones en campañas anteriores», acotó.

En este contexto, resulta evidente que el productor paraguayo enfrentará una campaña con márgenes muy reducidos y deberá apostar por altos rendimientos para mantenerse a flote. Sin embargo, las condiciones climáticas siempre juegan un papel determinante. «Somos una fábrica a cielo abierto. Esperamos que las dificultades climáticas sean moderadas y podamos obtener buenos rendimientos, pero será necesario monitorear constantemente el mercado o nos veremos muy afectados», señaló Cristaldo.

La soja es uno de los productos más importantes de Paraguay, ya que genera ingresos significativos en divisas. Sin embargo, a pesar de la aparente ventaja de un dólar más fuerte —que actualmente cotiza a G. 7.700—, el problema radica en la caída del precio internacional de este commodity. «Con un precio actual de US$ 300 por tonelada, los ingresos son considerablemente menores», explicó Cristaldo. En 2023, el precio de la soja rondaba los US$ 500 por tonelada, pero en la actualidad el valor ha disminuido en unos US$ 200 por tonelada, lo que representa un golpe importante para los ingresos del país.

El problema es que, aunque el sector agrícola opera en un contexto de doble moneda —dólares y guaraníes—, los costos están mayormente dolarizados. Según Cristaldo, «solo el 15% de los costos del sector agrícola está en guaraníes, como salarios y combustibles; el resto, desde los insumos hasta los equipos, se maneja en dólares». Esto significa que la subida del dólar no representa una ventaja para el productor, ya que los costos también aumentan proporcionalmente, mientras los precios de sus productos se mantienen bajos.

Caída de los ingresos y el impacto en la economía

La caída del precio de la soja ha tenido repercusiones directas sobre la oferta de dólares en Paraguay. «Este año ingresarán alrededor de US$ 1.000 millones menos a la economía, y esto es uno de los factores que explica por qué el dólar está subiendo tanto», mencionó Cristaldo. La menor entrada de divisas, combinada con una alta demanda de dólares para importaciones, está generando una presión sobre el tipo de cambio. La tendencia al alza del dólar podría mantenerse en 2025 si los precios de los commodities no mejoran.

Añadió que la esperanza de una mejora en los precios de la soja radica en factores externos, como una posible caída en la producción de otros países productores de oleaginosas. «Si la cosecha en Estados Unidos o en alguna otra región no sale bien, podríamos ver una disminución en la oferta global y una mejora en los precios», apuntó Cristaldo. Sin embargo, este es un escenario incierto, y la previsión del clima en Paraguay sigue siendo un factor clave que podría determinar el éxito o el fracaso de la próxima campaña agrícola.

Es importante señalar que el fortalecimiento del dólar no es un fenómeno exclusivo de Paraguay. Varias monedas de la región, como el real brasileño, el peso colombiano y el peso chileno, también han experimentado una depreciación frente al dólar en 2024. 

Sin embargo, Cristaldo advierte que los desafíos para el sector agrícola no se resolverán únicamente con una estabilización del tipo de cambio. «El sector necesita una mayor previsibilidad en los mercados internacionales y, sobre todo, condiciones climáticas favorables. En un contexto de precios bajos, los márgenes se reducen y cualquier contratiempo puede marcar la diferencia entre una campaña rentable o una pérdida significativa», concluyó.

Fuente: Forbes.py

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