Científicos del Centro John Innes (JIC) de Reino Unido desarrollaron un trigo con mayor contenido de hierro y zinc, pudiéndose posicionar como un cultivo muy beneficioso para la salud, especialmente para las personas desnutridas, según expresaron los investigadores, quienes ya realizaron los primeros ensayos a campo este año.
El trigo fue modificado con dos genes que intervienen en el transporte de nutrientes en la planta. Según detallaron, en trabajos anteriores se había identificado un gen del trigo que codifica un transportador vacuolar de hierro (VIT2), que ayuda a secuestrarlo en compartimentos celulares específicos. El equipo del John Innes consiguió sobre producir el VIT2 en el grano en desarrollo, manteniendo el hierro en el endospermo que forma la harina blanca. Esta línea de trigo se sometió con éxito a ensayos de campo en 2019 y 2021.
El gen que se introdujo en el trigo genéticamente modificado (GM) fue uno del arroz, desde donde los investigadores vienen encontrando esa característica que se quería incorporar. “El gen NAS2 está presente en el trigo, pero teníamos más conocimiento sobre su desempeño a partir de estudios en arroz, por lo que usamos este gen de arroz. Las secuencias de los genes del arroz y el trigo son aproximadamente un 90 % idénticas”, explica el profesor Cristóbal Uauy, uno de los investigadores a cargo.
Detalló que el gen de la nicotianamina sintasa (NAS2) del arroz, responsable del transporte de nutrientes alrededor de la planta, fue transferido a la línea de trigo, junto con VIT2. Al aumentar los niveles de NAS2 en toda la planta de trigo, el hierro y el zinc se hacen más móviles y se trasladan mayores cantidades a los granos.
Además, indicó que la cosecha del ensayo fue un gran éxito, destacándose por su productividad. “Las parcelas no eran lo suficientemente grandes como para evaluar el rendimiento, pero los componentes del rendimiento del grano fueron similares a los del control no modificado, lo que confirma que no hay retraso en el rendimiento”, dijo y relató que las primeras pruebas en el endospermo indicaron que hay un aumento del doble de hierro en la harina blanca, y también del doble de zinc en la harina integral.
Destacó que el siguiente paso es trabajar con socios globales para desarrollar estas líneas en variedades a las que los agricultores puedan acceder y cultivar. Cabe mencionar, que esta tecnología no podrá ser usada en su país de origen, por los reglamentos de la Unión Europea para la producción de cultivos GM.
Fuente: ChileBio