La combinación de ambos fenómenos hace peligrar nuevamente a la cosecha de soja argentina que, según estimaciones de la Universidad Austral, podría tener el desempeño más bajo de los últimos 20 años.
Un informe elaborado por el economista Dante Romano, docente del Centro de Agronegocios y Alimentos de esa universidad, proyecta un panorama preocupante para la oleaginosa. “Las lluvias no llegan, y se sumaron heladas este fin de semana (por el pasado); se teme que la producción esté más cerca de 30 que de 35 millones de toneladas”, advirtió.
El antecedente más cercano de un volumen tan bajo sería la sequía de 2008/09 cuando, según datos oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, la producción fue de solo 30,9 M/t.
Otro escenario. Pero si se ubicara incluso por debajo de estes número, hay que ir hasta el ciclo 2001/02 para encontrar una campaña por debajo de los 30 M/t, con la gran diferencia de que hace 2 décadas se implantaban poco más de 10 M/ha, y no más de 16 M/ha como sucede actualmente.
Entre los años 2000 y 2002, la cosecha fue de poco menos que 30 M/t, pero con una superficie sembrada de entre las 10 y 11 M/ha.
Romano destacó que, en la Argentina, se impuso el clima cálido y seco, con el agravante de las últimas heladas. “El combo completo genera preocupación; el 60% de la soja temprana y el 5% de la tardía están pasando por etapas de definición de rindes”, sostuvo.
¿30 M? Con lluvias que recién llegarían a fin de mes, estimó que, aunque existe cierto consenso sobre un volumen de 35 M/t, está latente la posibilidad de caer a ese piso de 30 M/t.
“La pérdida productiva argentina se compensa, en parte, con la mejora de Brasil y un consumo internacional que no creció todo lo que se esperaba”, explicó Romano. Con este escenario, los precios de la harina de soja se ubican en niveles máximos, mientras que es posible que los precios internacionales del poroto se modifiquen.
